
En términos coloquiales, cuando decimos que un individuo tiene una buena condición física nos referimos a que su estado de salud es bueno y que es capaz de desarrollar con éxito sus capacidades en las actividades físicas en las que participe.
De ahí que, en las últimas décadas los investigadores en la educación física siempre relacionan el disponer de una buena condición física con el tener una salud general buena. Y no vamos a olvidarnos de la importancia de una nutrición saludable para poder llegar a disfrutar de aquella. En algunas ocasiones para complementar nuestra alimentación podemos llegar a necesitar un aporte adicional, como puede ser el caso de las vitaminas. Aunque generalmente con una alimentación equilibrada ya se obtienen aquellas, en los casos de problemas de salud, cansancio, fatiga, mala alimentación, ejercicio intenso, las podemos consumir en forma de cápsulas, suplementos, jarabes, ampollas, entre otros. En este sentido, Farmacia Angulo cumple con el deber de proporcionarte los mejores suplementos vitamínicos del mercado, para que puedas obtenerlos de forma rápida desde la comodidad de tu hogar.
Si agrupamos las concepciones de disponer de una buena forma física o condición física, con tener un estado general de salud bueno y, además preocuparnos por tener una nutrición adecuada para conseguir tales fines, en definitiva nos estamos refiriendo al término más moderno para todas estas ideas, como es el fitness.
Por eso entendemos que existe una estrecha relación entre Fitness, Salud y Nutrición y el tener una buena condición física, y que estos aspectos tienen que estar en un equilibrio adecuado y proporcionado a nuestros objetivos cuando realizamos una rutina de ejercicios o entrenamiento.
Desarrollaremos a continuación en este artículo un poco más la idea de la condición física, y en otras páginas dedicaremos más líneas a los otros aspectos que hemos mencionado: fitness, salud y nutrición.
Definición de Condición Física.
La condición física es la capacidad de una persona para realizar las tareas cotidianas de manera adecuada y vigorosa, de poder disfrutar de actividades de ocio y de estar en condiciones de resolver situaciones imprevistas que requieran un esfuerzo complementario, retardando al máximo la aparición de la fatiga y previniendo la aparición de lesiones.
Y respecto al término saludable, podríamos concretar que la condición física es el estado de forma en el que se encuentra una persona y que le permite realizar sin excesiva fatiga cualquier actividad física, ya sean actividades de la vida cotidiana o actividades deportivas.
Buena o mala condición física. Tú decides.
De la definición anterior deducimos que con una buena condición física vas a poder realizar actividades en general, no solo deportivas, con más vigor y mayor efectividad, es decir, realizarás un desgaste menor de energía y tendrás menos posibilidades de sufrir una lesión. Dispondrás de una buena masa muscular, sin exceso de peso. Si a todo eso le añades una alimentación saludable y un descanso reparador, podrás decir que gozas de una salud general buena.
A esos beneficios podríamos añadir otros, también muy interesantes, como son el aumento de rendimiento intelectual, el placer de disfrutar realizando cualquier tipo de actividad (notarás que tienes «las baterías cargadas») y seguramente mejorará tu relación con los demás porque se reducirán las probabilidades de sufrir estrés, irritación, malhumor, etc.
Por el contrario, una mala condición física te va a suponer el tener dificultades para hacer no solo actividades deportivas, sino incluso para desenvolverte en la vida cotidiana, pues tu bajo nivel de resistencia supondrá que la frecuencia con la que aparecen la fatiga y la agitación, sean muy altas. Al cansancio, al exceso de grasa corporal y a la poca efectividad en tus tareas físicas, pueden sumarse la aparición de enfermedades relacionadas con el sedentarismo, que son las que con más frecuencia se presentan en las personas sedentarias, cuyo estilo de vida está caracterizado por la carencia de ejercicio físico. Entre éstas, las más comunes con las que nos podemos encontrar son las cardíacas, obesidad, diabetes, hipertensión y dolores de espalda.
Reflexiona y, la decisión está en tus manos. Incluye el hábito de la actividad física regular en tu vida cotidiana. Practica el deporte de forma inteligente, si es posible, con la ayuda de profesionales que te guiarán como llevarlo a cabo correctamente y sin riesgos para tu salud. Con ello mejorarás tanto tu salud física como mental. Y si eres de los que no le gusta en absoluto el deporte, tómalo como si fuera una prescripción médica.
Para cumplir tus objetivos has de ser constante y paciente, pero sobretodo piensa que el deporte es para disfrutarlo (José Balbin).
Factores condicionantes de la buena condición física.
El disponer de buena condición física también va a depender de unos factores, que pueden o no depender de nosotros mismos. Dentro del primer grupo, tenemos principalmente la genética, que al ser hereditaria no la podemos controlar. Por ejemplo, no todos disponemos de la misma resistencia cardiovascular, como algunos científicos ya están indicando su origen hereditario.
Por otro lado, tenemos el estilo de vida. En este caso, es totalmente controlable por nosotros, ya que en función del estilo de vida que adoptemos a lo largo de nuestra vida, nos va a condicionar en nuestra condición física. Un estilo de vida saludable donde cuidamos nuestra alimentación, descansamos, realizamos actividades físicas, y dejamos de lado hábitos nocivos para nuestra salud como el tabaco, alcohol, drogas, etc., nos recompensará con un estado de salud general buena.
En último lugar, no hay que dejar de lado a la edad. Nuestra condición física va evolucionando a medida que nos hacemos grandes. Al principio, mientras crecemos nuestra condición física va mejorando, normalmente somos mas fuertes y resistentes. Pero en un punto determinado, digamos ya con una edad avanzada, nuestra condición física habrá llegado a su límite álgido y, a partir de ahí, en función del estilo de vida que hayamos adoptado, iniciará un proceso de involución.
Capacidades de la condición física. ¿Cómo se manifiesta?.
Para practicar cualquier tipo de actividad deportiva es necesario disponer de unas habilidades básicas además de un soporte físico que nos permitan realizar con mayor eficacia dicha actividad. Se trata de capacidades físicas básicas que nos van a permitir realizar cualquier tipo de activad física como: desplazarnos rápidamente, soportar esfuerzos durante un cierto tiempo, transportar objetos, adoptar diferentes posturas con nuestro cuerpo, etc.
Nos referimos a la capacidad de fuerza, resistencia, flexibilidad, velocidad y coordinación. Cada una de estas disciplinas debe estar compensada con la otra.
La Fuerza.
La fuerza es la capacidad física que nos permite vencer una resistencia, como puede ser la de un peso, mediante una acción de nuestros músculos. Podemos distinguir entre fuerza máxima, donde la carga o peso que tenemos que vencer es muy alta, la máxima posible, y la fuerza explosiva, en este caso la carga o peso que hemos de vencer es más pequeña que antes y el movimiento se hace mucho más rápido, por ejemplo saltar o lanzar un objeto.
Cuando nuestra capacidad nos permite vencer un peso o carga mediana durante un periodo de tiempo largo, estaríamos hablando de la capacidad intermedia de las dos anteriores, es decir la fuerza resistencia. Este tipo de fuerza es la que necesitamos en la mayoría de las actividades cotidianas de nuestro día a día.
Resistencia.
La resistencia es la capacidad física que nos permite realizar esfuerzos de larga duración, ya sea practicando deporte o bien realizando tareas cotidianas, retrasando la aparición del agotamiento o fatiga. Nos permite en definitiva, soportar un esfuerzo de mayor o menor intensidad durante un periodo de tiempo prolongado.
Si nos referimos a resistencia aeróbica, estamos hablando del equilibrio en el consumo de oxigeno, es decir cuando hay suficiente oxigeno aportado a través de la respiración. Es decir, cuando nos llega el oxigeno necesario para que se produzca la energía que precisamos. Las actividades que requieran este tipo de resistencia serán de un esfuerzo medio o bajo, como por ejemplo natación, ciclismo de carretera, maratones, etc. La intensidad de este tipo de actividades se puente controlar por medio de la frecuencia cardíaca. Se trata de contar las veces que el corazón bombea la sangre hacia el resto del organismo en un tiempo determinado, y la medimos en pulsaciones por minuto.
En el otro extremo, tenemos la resistència anaeròbica, es decir la capacidad que nos permite realizar un esfuerzo muy intenso, donde la necesidad de oxígeno en nuestra musculatura es muy elevada y nuestra respiración no puede aportarnos el que necesitamos, con lo cual nos agotamos rápidamente y el esfuerzo no dura mucho tiempo. Un ejemplo puede ser, correr los 100 m. lisos, donde nuestra capacidad está muy relacionada con la velocidad.
Flexibilidad.
La flexibilidad es la capacidad física que nos permite realizar un movimiento de gran amplitud con alguna parte de nuestro cuerpo, gracias a la movilidad de las articulaciones y a la elasticidad de los músculos. Esto nos va a permitir que nuestros músculos y articulaciones gocen de un amplio grado de movilidad para poder realizar todo tipo de actividades y evitar lesiones innecesarias. Va a influir directamente en el resto de las capacidades físicas, de ahí su importancia y, ademas, es la que vamos a ir perdiendo prácticamente desde que nacemos.
La disposición y función de las articulaciones, ligamentos, tendones y músculos condicionan la amplitud de los movimientos, siendo dos los factores fundamentales de los que depende la flexibilidad: la movilidad articular, es decir, el grado de movimiento que tiene cada articulación, que puede variar no solo en cada articulación, sino en cada persona; la elasticidad muscular, que es la capacidad que tiene el músculo de alargarse y acortarse sin deformarse, pudiendo volver a su forma inicial. No hay que dejar de lado el grado de elasticidad de ligamentos y tendones que rodean la articulación.
Velocidad.
La velocidad es la capacidad física de realizar un movimiento o recorrer una distancia en el menor tiempo posible. Como capacidad física básica tiene una gran relevancia en el mundo del deporte, si bien es cierto que tiene más trascendencia en unos deportes que en otros.
Por lo general, las actividades físicas basadas en la velocidad, al tratarse de ejercicios más intensos suponen un mayor gasto calórico. Nuestra musculatura realizará un trabajo duro, con contracciones y elongaciones más intensas. Se conseguirá que los músculos sean más fuertes y resistentes, estimulando el aumento del tamaño y de la cantidad de fibras musculares.
Coordinación.
Por último está la coordinación, que es una capacidad física complementaria que permite al deportista realizar movimientos ordenados y dirigidos a la obtención de un gesto técnico. Denominada también como coordinación muscular o motora es la capacidad que tienen los músculos esqueléticos del cuerpo de sincronizarse bajo parámetros de trayectoria y movimiento.
La coordinación va a complementar al resto de capacidades físicas para hacer de los movimientos gestos deportivos. Tales movimientos ocurren de manera eficiente por contracción coordinada de la musculatura necesaria así como el resto de los componentes de las extremidades involucradas.
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