Nos acercamos cada vez más a las fechas en las que empezamos a soltar ropa y queremos lucir nuestros cuerpos. Son muchos los que se inician en la actividad física en estas fechas con vistas al verano con el objetivo de mejorar nuestro físico (no físicamente), pero que durante el resto del año han seguido una vida más bien inactiva, y que pasadas las vacaciones retoman su vida sedentaria. O por el contrario, te has dado cuenta por fin que has de hacer algo respecto a tu condición física y vas a iniciarte en el entreno deportivo (en ese caso mi enhorabuena).

Por otro lado, también están aquellas personas que entrenan durante todo el año, ilusionadas en alcanzar un objetivo de estado saludable, pero por los motivos que sean, por ejemplo, por ir entrando en una zona de edad más madura, someten a un estrés importante a su organismo sin saber realmente en que condiciones actuales se encuentra éste.

Y por supuesto, tampoco vamos a dejar de lado a los profesionales del deporte, de cuya afición hacen su forma de ganarse la vida, los cuales han de pasar por los talleres de comprobación de la maquinaria que es su cuerpo para comprobar que todo está en orden para rendir a lo máximo posible.

En todos estos casos es muy aconsejable realizarse lo que se conoce como prueba de esfuerzo.

¿En qué consiste la prueba de esfuerzo?

En la prueba de esfuerzo se somete al deportista a un ejercicio sobre una cinta de correr o una bicicleta estática, durante un tiempo determinado, con una intensidad de trabajo progresiva que se va incrementando cada minuto hasta el final de prueba, monitorizando constantemente su frecuencia cardíaca.

Esta prueba se realiza en un centro médico, normalmente en los que tratan todo lo relacionado con la medicina deportiva. Si antes estaba más dirigida a los profesionales de élite, hoy en día contando ya con un avance tecnológico importante y con el aumento del interés de la población en general por realizar actividades físicas, este tipo de pruebas está al alcance de cualquiera.

Suele haber dos clases muy diferenciadas de prueba de esfuerzo, en función de los parámetros a analizar y de la condición física de la persona:

  • ergonometría básica: suele estar dirigida a deportistas que se inician o quieren aumentar su nivel de entrenamiento, así como aquellos a los que le preocupa saber como está de preparado su corazón para el ejercicio. Se suele hacer con un pulsómetro que va tomando la frecuencia cardíaca y a través de radiofrecuencia (sin cables) manda la información a un programa de ordenador.
  • ergoespirometría, denominada con gases:  enfocada a aquellas personas que desean conocer con más detalle cuál es su condición física y sus límites de esfuerzo. Se va a determinar cuál es el umbral aeróbico y anaeróbico, la capacidad máxima de oxígeno, es decir nuestra potencia aeróbica máxima.

Desde luego siempre será más interesante la prueba con gases, aunque su precio también será más elevado, pero con ella vamos a poder descartar problemas de corazón y pulmones. Así que vamos a centrarnos más en este tipo.

Ante todo lo más importante, esta prueba se realiza en presencia de un médico que va a estar constantemente controlando nuestro estado a través de una monitorización de nuestro corazón, presión arterial y pulmones. Para ello nos colocan un pulsómetro y unos electrodos para el control cardiológico, y una mascarilla para controlar los consumos de oxígeno y las medidas de dióxido de carbono.

Tanto en el caso de la cinta de correr como el de la bicicleta estática, la prueba comienza una intensidad muy baja, con un nivel de esfuerzo equivalente a 50 vatios, para ir aumentando 25 vatios por cada minuto que transcurre. Se trata de simular el esfuerzo al que nos vemos sometidos intentando correr o pedalear en unas rampas que cada vez se vuelven más duras, manteniendo siempre una velocidad constante.

Hay que correr o pedalear el máximo tiempo posible con un ritmo constante y con una resistencia mayor que nos hará aumentar el esfuerzo. Antes de subir la intensidad de los vatios, el médico nos preguntará si podemos seguir, a lo que contestaremos con un gesto positivo o negativo con la mano o dedo pulgar, nunca hablando. Suele durar unos 15 minutos como máximo.

pruebas de esfuerzo cinta

Aunque en un principio la prueba se para en el momento en el que el deportista gesticula indicando que no puede seguir el ritmo, es el médico el que en todo momento tendrá la decisión de pararla antes de tiempo si observa que se ha llegado al umbral anaeróbico, consumo máximo de oxígeno, niveles altos de ácido láctico que nuestros músculos no pueden tolerar ni limpiar, o simplemente cualquier otro indicativo que considere oportuno, sobretodo si puede poner en riesgo nuestro organismo.

Pruebas complementarias.

Hay que mencionar que la realización de la prueba de esfuerzo va siempre acompañada con una serie de controles complementarios que se realizan previamente al inicio de aquella. Antes de someternos al esfuerzo, el médico que nos atiende quiere conocer nuestro estado actual de salud para valorar si somos aptos para la actividad física que queremos desarrollar.

Estas pruebas van encaminadas a determinar cuestiones biométricas de la persona, tales como peso y medida, auscultación, postura corporal, comprobar la correcta alineación corporal, pequeñas pruebas de fuerza y flexibilidad.

presión arterial

Determinar cuál es nuestro índice de masa muscular y de grasa corporal, nuestra presión arterial, sistema nervioso, respiratorio, etc. En fin, se trata de un examen bastante completo en el que no faltará la realización de un electrocardiograma para conocer cual nuestra frecuencia cardíaca en estado de reposo y comprobar en sí que nuestro corazón está en perfecto estado para realizar ejercicios físicos, así como una espirometría para conocer nuestro estado pulmonar.

Resultados de la prueba de esfuerzo ¿qué nos va a decir?

Aparte de los resultados de las pruebas complementarias que acabamos de indicar, básicamente lo que nos va a indicar la prueba de esfuerzo es nuestra capacidad aeróbica, y en función de la frecuencia cardíaca máxima que determine a la que podemos trabajar, cual es nuestro umbral aeróbico y anaeróbico con el fin de poder planificar correctamente nuestro entrenamiento.

Parámetros obtenidos por la prueba de esfuerzo que nos van ayudar a calcular cuál debe ser nuestro ritmo de entrenamiento aeróbico:

  • Frecuencia cardíaca máxima (FCMáxima). Se suele determinar con la fórmula teórica de restar a 220 la edad de la persona, pero con esta prueba de esfuerzo se obtendrán datos individualizados de la persona.
  • Consumo máximo de oxígeno (VO2Max). Será la cantidad máxima que nuestro organismo puede procesar. A mayor cantidad, más resistencia se tiene en el ejercicio.
  • Umbral aeróbico. Si queremos entrenar resistencia, como mínimo tenemos que entrar en esta zona de trabajo de pulsaciones. Rondará entre el 67% y el 80% de la FCMáxima.
  • Umbral anaeróbico. Pasado este umbral nuestro trabajo aeróbico ya no es efectivo porque se empieza acumular fatiga muscular y la acumulación de ácido láctico es tan elevada, que los niveles de acidez hacen inviable que los músculos puedan seguir trabajando. Para series de velocidad, este dato será util para saber el ritmo al que debemos realizarlas.

Si te interesa conocer con más detalle todos estos conceptos, puedes leer nuestro artículo sobre la potencia aeróbica máxima.

Este sería un ejemplo de resultado en una prueba de esfuerzo, basado en una persona varón de 51 años edad que entrena habitualmente durante la semana y que muestra una capacidad aeróbica buena en comparación con su edad:

resultado prueba esfuerzo

Esta prueba fue realizada en bicicleta estática, donde alcanzada la intensidad de 250 vatios, se detuvo por indicación del médico al observar que se había llegado al fallo muscular. La frecuencia cardíaca máxima alcanzada fue de 177 p/m. con un consumo máximo de oxígeno o VO2Max de 48 ml/kg/min. El umbral aeróbico o primer umbral (ZONA 1) se sitúa cuando se alcanza las 119 p/m., lo que representa el 67% de la FCMáxima, y el umbral anaeróbico se encuentra en 162 p/m., es decir un 92% de su FCMáxima. Para obtener un buen rendimiento aeróbico de resistencia, el sujeto debe mantenerse en el rango de la ZONA 1 y como máximo alcanzar la ZONA 3, es decir entre un 67% y 92%.

Bueno, pues ahora te toca a ti. Ponte en manos de un médico especialista que realice estas pruebas y saca tus conclusiones sobre tu condición física actual en función de los resultados y consejos que te de. Asegúrate que tienes un corazón y unos pulmones en perfecto estado para la actividad física.

José Balbín
José BalbínAutor

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