La mayoría de los seres humanos, esa inmensa cantidad de vidas a los que les preocupa los seres que los han creado, dejando atrás ideologías, religiones, culturas, etc., son los realmente conscientes de que sólo ellos pueden hacer algo para cambiar las cosas, para hacer que otras personas como ellos sigan los buenos pasos del cariño, la amistad y la solidaridad, sobretodo en tiempos difíciles donde nos jugamos nuestra existencia.
Es entonces cuando surge la verdadera esencia de nosotros mismos, y son las personas con menos poder de decisión en nuestra sociedad, con menos medios económicos, los que promueven ideas para superar las crisis y que muestran en el día a día su compromiso con las personas que tienen a su lado y otras no tan cercanas.
Cuidar del más necesitado, eso no crece en tu interior porque te lo diga un mandatario o un miembro destacado de tu comunidad. Surge porque tus padres, tus abuelos, te han mostrado que eso es ley de vida, es intrínseco a tu propia naturaleza.
Y siempre llegará ese momento, de cuidar de ellos, de nuestros adultos mayores, de los que nos han enseñado a vivir, en los que perdura la historia, las lágrimas y también las alegrías.
A ellos, les hemos empujado a vivir un frenético estilo de vida, mediatizado tecnológicamente, que siempre les costará entender y con el cual han de lidiar día a día. Les hemos convencido de que la actividad física no hay que abandonarla nunca en nuestros quehaceres diarios. Si, a ellos, a los que no han hecho otra cosa en toda su vida que trabajar duramente para llegar a donde estamos ahora.
Es fantástico ver como, en el día a día, nuestros adultos mayores practican ejercicios en nuestras instalaciones deportivas. Les hemos dado una ilusión, unas ganas de seguir viviendo con energía. Por eso, ahora en estos días de confinamiento en nuestras casas, provocado por la pandemia del Coronavirus (COVID-19), no hemos de arrebatársela.
¿Podemos hacer algo?. Sí, podemos hacer muchas cosas, como por ejemplo, lo que están llevando a cabo un grupo de profesionales de la actividad física formado por compañeros del CEM Can Roca de Castelldefels (Barcelona), que durante estos días están contactando telefónicamente con sus abonados de más de 60 años, solo para saber como se encuentran, si los pueden ayudar o dar recursos para atender sus necesidades de actividad física y ser un soporte más durante esta cuarentena.
Estoy deseando que todo esto acabe, que volvamos a vernos, pero de verdad, nada de videollamadas, etc., quiero abrazar a mi gente, quiero estar cerca de mis adultos mayores y, como no podría ser de otra forma, insistir en que sigan practicando ejercicio físico.
Nada más, cierro este artículo con unas lineas escritas en las redes sociales por mi compañera Noemí, reflejo de nuestro apoyo a toda la Gent Gran de Castelldefels, pero extensiva a todos nuestros adultores mayores:
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